Soy fundadora de un movimiento cívico en Bogotá que promueve la acción colectiva y la cooperación a través de experiencias en el espacio público. Planeamos y ejecutamos movilizaciones masivas donde las personas colaboran entre sí y logran objetivos juntas. Sólo al tener la experiencia de involucrarme directamente con las comunidades, puede entender aspectos de la acción colectiva a nivel micro, que difícilmente se descubren desde una perspectiva teórica. "¿Por qué dejaría de tirar basura, si todos en la ciudad seguirán haciéndolo?" "¿Mi contribución individual es realmente relevante para los problemas sociales más grandes?" "Al limpiar la ciudad un día, nadie está asegurando que estará limpia en el largo plazo". Toda clase de preguntas pesimistas inspiraron esta iniciativa, específicamente en torno al tema de la gestión de residuos en Bogotá. Con un grupo de voluntarios decidimos promover una noción de cambio que trasciende a un individuo ayudando con una acción, sino incentivando al mismo individuo a sostener activamente el cambio positivo demostrando impacto, corrigiendo a otros y generando un sentido de responsabilidad sobre ellos. El racional de las movilizaciones fue inspirado en las teorías de acción colectiva, que han identificado las características de escenarios en los que es muy probable que la gente coopere. Algunas características incluyen el diseño de incentivos para que las personas hagan un cambio, mensajes que se conecten con las personas, controlar los eventos para prevenir el oportunismo y eliminar la sospecha, proporcionar información correcta y oportuna, asegurar la seguridad de los eventos para todos los participantes y generar credibilidad. Necesitábamos incentivos más interesantes, pues la idea era sacar a la gente a limpiar las calles muy temprano... un domingo. Para una presentación más detallada del marco conceptual de este proyecto, haz clic aquí. Nuestros mayores aprendizajes, al tratar de vincular la teoría con la práctica fueron: 1. Las nuevas experiencias, cuando se hacen colectivamente, se normalizan y se comprenden rápidamente: La idea de limpiar el espacio público se vuelve normal hasta que muchas personas empiezan a hacerlo. Creo que aquí comienza el pensamiento colectivo. Cuando la gente se movilizó en las calles, ciertamente había una evaluación individual de los riesgos y beneficios de unirse a la limpieza. Al ver a otros asumiendo el riesgo, aumentó la probabilidad de que las personas se inscribieran. 2. La visión de la ciudad, incluso si está fundamentalmente reforzada, puede ser mejorada: El pesimismo es muy frecuente en Bogotá. Nos dimos cuenta de que proveer a las personas con motivos para hacer algo -y quejarse menos- funciona para modificar las concepciones aprendidas del espacio en que convivimos. 3. ¿Acción colectiva o pensamiento colectivo? Las acciones colectivas completamente transparentes y eficaces requerirán un período de tiempo más largo para ser examinadas y producidas. Sin embargo, experiencias como estas dan cuenta de lo que significa pensar colectivamente. 4. Lo que sucede después de la movilización importa: Más allá de justificar la acción colectiva y realmente hacer que suceda, la motivación posterior al evento fue crucial para lograr objetivos cívicos más grandes. Al organizar este evento, nos comprometimos a sostener la comunicación y fortalecer una cadena de personas y mensajes que recordaran continuamente la relevancia de los beneficios colectivos. Nos llamaba gente a contarnos que dejaron de tirar el cigarrillo en la calle, que empezaron a corregir a otros en la calle o que llegaban a la casa con los bolsillos llenos de basura :) Las micro intenciones revelan la verdadera naturaleza de los comportamientos altruistas En un ambiente en el que la acción colectiva está ocurriendo, hay acciones espontáneas de personas que ilustran la naturaleza de los comportamientos altruistas. Estas acciones son intrínsecas a cada persona y genuinas en su intención. Curiosamente, en teoría éstas no cuentan como elementos para desencadenar la colaboración. En la práctica, las pequeñas intenciones eran enormemente poderosas para generar los mejores resultados. Algunas de ellos incluyeron personas corregiendo a otros, compartiendo conocimientos, demostrando habilidades, sonriendo y coexistiendo en un espacio. Estas son las acciones que inspiran y desencadenan toda la concepción sociológica de este proyecto, en lugar de una perspectiva macro de personas que siguen a otros como una justificación para el comportamiento colectivo. Estas micro intenciones guiaron el diseño de las siguientes versiones del proyecto. Le dimos siempre valor a cualquier interacción entre la gente que los hiciera trabajar juntos. La primera edición de las recolecciones masivas de basura fue en Bogotá en 23 puntos de recolección, convocando a 1.500 ciudadanos. El movimiento se expandió a otras ciudades y pueblos de Colombia: Cali, Bucaramanga, Yopal, Madrid, Funza y Mosquera. En octubre de 2014, organizamos una conferencia internacional, impulsando el conocimiento y los marcos de las movilizaciones a debates más amplios. Comments are closed.
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