India es el tercer país líder en la exploración astronómica y la investigación científica, después de Estados Unidos y Japón, quienes han monopolizado estos campos a lo largo de la historia. En la isla de Sriharikota en Andhra Pradesh, ISRO (La Organización India para la Investigación Espacial) construyó en 1970 la sede para el envío de satélites y cohetes en el espacio con fines de investigación y también corporativos. El 7 de Diciembre de 2017 fui a esta sede con un grupo de estudiantes. Como extranjera no pude entrar, entonces ese mismo día me dediqué a entender las historias de este lugar, y el impacto de este gigante en las comunidades que habitan y habitaron este espacio. Aquí cuento la historia y algunas reflexiones. Mi experiencia con ISRO No pude entrar a ISRO por razones de "seguridad". Los extranjeros no se admiten a no ser que estén allí por cuestiones de negocios. Quizás es un miedo a un ataque terrorista, o la protección excesiva del contenido y el conocimiento científico que allí se alberga. ISRO sólo abre para personas de origen Indio, quienes sólo pueden ver una parte. Lo único que se puede acceder es el museo, con sus fotos decoloradas y las dos plataformas desde donde se envían los cohetes, a las cuales no se les puede cerrar acceso, porque no hay puertas que puedan instalarse. Una experiencia estéril para los estudiantes que pudieron entrar, y para mí una oportunidad para entender qué quiere decir que en medio de zonas rurales y tribales de India, se impone este símbolo masivo de lo que muchos llaman desarrollo y el avance en la investigación científica. LOS YANADI La construcción del centro espacial comenzó alrededor de 1968. Esta fecha marcó de manera definitiva e irreversible la historia de la comunidad Yanadi, quien habitó este espacio por décadas. Los Yanadi son una comunidad semi-nomádica que se sostiene de la caza de ranas y serpientes por comercio, reúnen miel y usan fibras de madera para hacer escobas. En su mayoría son campesinos y producen leche. Aquellos que trabajan en las ciudades en general son empleados como limpiadores de las calles o de sanitarios. Los Yanadi cazan cerdos salvajes, conejo y roedores. Sus niveles de alfabetización son muy bajos y 90% de la comunidad vive bajo la línea de pobreza. El primer registro de los Yanadi fue hecho por los Ingleses en la época colonial, sobre 1835. Se referían a ellos como barbarios, que comen ranas y no salen del bosque, con vestimentas y asentamientos primitivos. En 1858 los Ingleses instalaron una escuela en la región de los Yanadi, con el objetivo de civilizarlos. Esto en conjunto con ropa, arroz y otras provisiones. En menos de 20 años la escuela se cerró porque los Yanadi no atendían. El orígen exacto de esta comunidad se debate. Según los Ingleses, fueron traídos desde Kurnool en Andhra Pradesh, pero de acuerdo a estudios antropológicos hechos por investigadores Indios, las canciones de los Yanadí cuentan cómo ellos se asentaron en Sriharikota luego de bajar de la montaña desde lugares como Thirupati y Nallamalai. Esta teoría fue soportada al encontrar parentezcos genéticos con la comunidad de los Chenchus, adivasis tradicionales de Andhra Pradesh.
Ántes de comenzar la construcción del centro espacial, se implementó en la región una acción del departamento Forestal cuya empresa era limpiar la jungla. La primera acción de los agentes del gobierno fue separar a los Yanadi, entre los que trabajarían en el bosque y otros que debían ser desplazados a zonas cercanas bajo el 'Yanadi Action Research Project'. Este proyecto incluyó proveer facilidades en términos de vivienda y alimento para los Yanadi, que muchas veces fallaron porque no fueron nunca suficientes, y eran ideológicamente ajenos a la cosmovisión de la comunidad. Los Yanadi que se quedaron en la selva se llamaron entonces Sarkar y se sometieron al trabajo arduo impuesto por el gobierno, para el que debían destruir el mismo bosque del que han hecho parte, y además someterse a conceptos nuevos como estar a tiempo para comenzar a trabajar, trabajar para otro y estar bajo supervisión. Mientras su relación era de comunicación con el bosque, ahora debían ser guardias, protegerlo del robo, cortar árboles y plantar eucaliptus. Cada día los Yanadi Sarkar debían caminar al menos 5km hasta llegar a la plataforma de lanzamiento de cohetes. Caminar no era un problema, pero se complicaba cuando debían hacerlo sobre pisos de asfalto. A pesar de haber atajos que cruzaban el bosque, los Sarkar no podían tomarlos por razones de seguridad. Se registraron numerosos suicidios asociados a la desesperación por las condiciones laborales, consumiendo Nagetigadda, una planta venenosa. Algunos Sarkar se asociaron a negocios ilícitos como infiltrar madera del bosque o robar el producido para los Reddys. Un segundo actor como fuente de trabajo fueron los contractores, al comenzar la construcción del centro espacial. Éstos ofrecían beneficios para los Yanadi, aunque el trabajo requirió que la comunidad se dispersara aún más, pues se debían mover de la isla a la periferia para la construcción de otras estructuras. SHAR comenzó a ofrecer plazas, con condiciones de trabajo desfavorables y discriminación directa por los primeros empleados. Esta opción fue tomada por muchos Yanadis, pues aunque las condiciones no eran buenas, al menos no debian moverse de su territorio. Los primeros empleados del centro espacial no apreciaban a los Yanadi, se referían a ellos como salvajes de apariencia sucia, lenguaje simple y comportamientos no refinados. Su resentimiento se centraba en que los Yanadi no vendían la leche y alimento producido a ISRO, pues para ellos representaba su resistencia. El otro grupo de Yanadi, quienes fueron desplazados de la zona se llamaron Raithu. Sus nuevos asentamientos estaban cerca de comunidades hinduístas y Reddy (descendientes de la dinastía Reddy y constituídos como una casta alta), para quienes los Yanadi trabajaron como empleados del aseo y sirvientes. Los Yanadi comenzaron a adoptar rituales y tradiciones hinduístas y a compartir las poojas o veneraciones a las deidades indúes y a organizar matrimonios entre ellos. Esto se tradujo en la mente de los Yadai Raithu como un estado de superioridad. Se consideraban "limpios" en comparación con los Yanadi Sarkar y comenzaron a discriminarlos. A partir de esta separación comenzó la división de castas entre los Yadadi, que anteriormente no hacía parte de su organización social. Después de la construcción de ISRO y cuando el departamento forestal no necesitó más trabajadores, los Yanadi fueron entonces desplazados, se quedaron sin casa y comenzaron a migrar por trabajos de temporada en los pueblos cercanos. Si en 1987 los Yanadi se habían expandido sobre toda la área, haciendo difícil hacer un conteo poblacional, ahora es aún más complicado. Los Yanadi han migrado, sus costumbres y estructuras de pensamiento se han fundido con los de otras comunidades. Con los estudiantes nos sentamos a hablar con una mujer Yanadi, ahora hinduísta, quien se refirió a su comunidad original como "una historia del pasado". El gobierno ofreció algunos programas de rehabilitación que nunca fueron suficientes para la cantidad de personas, y que fallaron desde diferentes ángulos, pues nunca intentaron preservar las formas de conocimiento local y ayudar a la subsistencia de las personas, sino intentaron imponer una manera de vivir con costumbres ajenas, que no pudieron ser sostenibles.
Por ejemplo, el Kamathan, la forma tradicional de gobernanza de los Yanadi perdió todo su significado, ya que el Departamento Forestal se convirtió en la principal figura de poder autoritario y fuente de una nueva jerarquía. Lo mismo sucedió con la introducción del sistema de castas como regla, para una comunidad que no concebía estas diferenciaciones.
Los rituales y las conexiones profundas con la naturaleza también se restringieron. Por ejemplo, la comunidad de jóvenes Yanadi se caracterizó por su individualidad en los momentos de crisis, cuando se internaban en el bosque y pasaban semanas allí hasta que volvieran a conectarse. Esto fue entonces imposible para los Yanadi durante la construcción de ISRO, no solo por la erradicación de los árboles, sino por el acceso restringido al bosque. La división de la comunidad y las nuevas rutinas laborales, hicieron imposible la capacidad de asociación y por consiguiente silenciaron rituales, canciones, eventos que hacían parte fundamental de la forma de vida de los Yanadi. Por otro lado, la historia de la construcción de ISRO resalta la acción deliberada de los gobiernos sin diálogo de ningún tipo con las personas de estas comunidades. El Departamento Forestal impuso forzosamente la destrucción de la selva, (como ha sucedido en muchas zonas rurales de la India), y cínicamente en la entrada de ISRO, se puede admirar un mural con representa a mujeres en Saris, haciendo trabajos de agricultura y pesca, como un "reconocimiento de sus esfuerzos", como les dijeron los oficiales a los estudiantes. ISRO impone sus enormes estatuas metálicas de progreso, erradicando cualquier signo de la historia de explotación y desesperación de las comunidades indígenas y representa a las mujeres como parte de su centro espacial, donde ellas ni pueden entrar. Como una forma de manipular la historia es silenciar episodios (práctica preferida por los gobiernos), otra es transformar la historia expuesta. Los estudios antropológicas en 1970 contaron 24 aldeas con 3,600 habitantes cuando comenzaron los planes de ISRO, pero verbalmente dijeron en la visita de los estudiantes que "solo 2 o 3 aldeas fueron desplazadas y ayudadas con éxito por el gobierno". Visitar ISRO con fines educativos no puede quedarse en el asombro por la noción de "espacio", obviando la exposición al contexto real. Un asombro que es vacío porque ningún conocimiento sobre astronomía se comparte, y que además alienta al nacionalismo a florecer en su expresión más repugnante, olvidando todo tipo de matices culturales y sociales, reprimiendo la realidad. Una experiencia educativa productiva debe usar la visita a ISRO como una oportunidad para cuestionar nociones más amplias de progreso, para mirar críticamente lo que significa tener acceso restringido a tanto conocimiento científico y herramientas científicas, para analizar por qué no hay esfuerzos por ISRO para comunicar la ciencia de manera responsable al público, más allá de permitir que grupos de estudiantes entren y salgan pasivamente de sus instalaciones. Si uno quiere entender el impacto de las tecnologías en áreas rurales, el esfuerzo no solo debe considerar la adopción de teléfonos inteligentes en los corregimientos, sino también comprender cómo los símbolos de la cumbre tecnológica como ISRO, transforman las condiciones en las que viven las personas en los pueblos circundantes. Escribo este texto después de leer toda una mañana acerca de la comunidad Yanadi y mi investigación es parcial, pero definitivamente más completa de lo que podría haber logrado entrando a ISRO. Espero que el texto le sirva a algún profe para planear salidas de campo con estudiantes o para darse ideas de temas que deben ser parte de las conversaciones después de visitar un espacio como ISRO. Bibliografía
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